lunes, 3 de mayo de 2010

Morir viviendo

Que mi voz suba a los montes, que baje a la Tierra y truene. Soy dueño de mi garganta desde ahora y desde siempre. Estoy aquí para vivir mientras el alma me suene, y aquí estoy para morir cuando esta me llegue. Si me muero, quiero morir con la cabeza muy alta, siendo soñador de un país mucho mejor. Pero moriré, y moriré veinte veces más pero esa voz bajada de los cielos no podrán callar. Pues hay gente que habla por encima de los fusibles y detrás de las batallas. No hay cárcel para el hombre, no podrán pararme porque este mundo de cadenas es pequeño para mi valor. ¿Quién encierra una sonrisa? ¿Quién amuralla esa voz? Libre soy, y siempre navegaré por este mar. Evita el mal, el llanto y la nostalgia, sé diferente pero siempre constante. ¿Por qué muchos quieren luz si tropiezan con las tinieblas? Pero por fin podré vencer a mis dueños y seguiré a mi corazón que solo ante la muerte éste me hará dudar.

En estos textos voy dejando algo que voy recogiendo, son extractos de mi vida venidos desde muy lejos. Como un sendero me iré pero no acabaré de irme. Lucho contra la sangre y contra las almas de las personas que creyeron verme vencido, he vuelto a mi mismo el doble de rejuvenecido. Quiero escribir, no quiero morir ... pero desde luego que sí que quiero morir escribiendo y sobre todo ... quiero morir viviendo.

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